La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) obtuvo una sentencia condenatoria de 20 años de prisión en contra de Geovanny N. y Juan Carlos N., quienes en su momento se desempeñaban como director y comandante de la Policía Municipal de Nopalucan, respectivamente.
Ambos fueron hallados culpables del delito de homicidio calificado cometido en agravio de un hombre el seis de enero de 2024, en inmediaciones del Libramiento Tlaxcala, a la altura de Totolac.
De esta manera, según los datos asentados en la carpeta de investigación, aquel día la víctima salió de un domicilio ubicado en el municipio de Chiautempan, a bordo de su automóvil.
Al transitar por el Libramiento Tlaxcala fue interceptado por una patrulla oficial perteneciente a la policía municipal de Nopalucan. Los ahora sentenciados obligaron al conductor a detenerse, lo bajaron del vehículo y le dispararon con un arma de fuego, provocándole lesiones que le arrebataron la vida.
CONFUSIÓN INICIAL
El hallazgo del cuerpo ocurrió cerca de la comunidad de La Trinidad Tepehitec, municipio de Tlaxcala. A través del Servicio de Emergencias 911 se reportó la presencia de un hombre tirado a un costado de la carretera. La primera hipótesis apuntaba a un posible atropellamiento, pues el cuerpo yacía sin movimiento a la orilla de la vialidad.
Sin embargo, cuando llegaron los elementos de emergencia e hicieron la revisión preliminar, constataron que el cadáver presentaba una lesión por proyectil de arma de fuego. Este hecho cambió el rumbo de las investigaciones, que fueron encabezadas por la FGJE a través del Ministerio Público, elementos de la Policía de Investigación y peritos del Instituto de Ciencias Forenses.
LA APREHENSIÓN
Apenas dos semanas después del homicidio, la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado ejecutó la orden de aprehensión en contra de Geovanny N. y Juan Carlos N., quienes aún ostentaban cargos en la dirección de Seguridad Pública y Vialidad del municipio de Nopalucan.
Ambos fueron detenidos tras recabarse pruebas contundentes que los ubicaban en el lugar del crimen, y que acreditaban su participación directa en los hechos. La investigación reveló que el ataque fue una agresión directa por parte de los mandos policiacos, quienes usaron su posición y vehículos oficiales para interceptar y asesinar a la víctima.